En una región como España, en la que las temperaturas varían mucho en función de la estación del año en que nos encontremos, es natural que nuestra dieta vaya cambiando en función de las condiciones climáticas, lo que además contribuye a que tengamos una gastronomía rica, variada y muy atractiva. Concretamente al llegar el verano los platos de cuchara suelen dar paso a cremas y sopas frías, más adecuadas para las altas temperaturas. Hoy pondremos el foco sobre el gazpacho y el salmorejo, dos imprescindibles de nuestra dieta veraniega.
Historia del gazpacho y el salmorejo
El gazpacho y el salmorejo son platos que han evolucionado desde la antigüedad hasta convertirse en lo que son hoy, pero si hay un rasgo común que además llama la atención es que originariamente ninguno de los dos incluía el tomate entre sus ingredientes: el tomate llega a nuestra geografía tras el descubrimiento de América, y ambos platos son muy anteriores a esta época.
Desde tiempos prehistóricos el majado (machacado hasta triturar) de alimentos fue una fórmula común a muchas culturas. En Mesopotamia ya se mezclaba el pan con agua en un sencillo antecesor del salmorejo, y en el Imperio Romano el moretum se acercaba más a la receta actual añadiendo además vinagre y ajo. Fue en el Califato de Córdoba donde la receta evolucionó añadiendo aceite para crear una crema blanca antecesora del salmorejo actual, que se convirtió en lo que conocemos hoy con la incorporación del tomate en torno al S XVIII. El gazpacho, aunque experimenta una evolución propia, parte también de esos majados originales. En tiempos del Imperio Romano ya se consumía una bebida a base de vinagre y agua, a la que en ocasiones se añadía pan y aceite, sus principales virtudes eran su capacidad refrescante y nutritiva, y por ello este plato se mantuvo ligado a jornaleros y trabajadores del campo. La evolución definitiva del gazpacho, igual que ocurría con el salmorejo, es posterior a la conquista de América, cuando el tomate y el pimiento llegan a la Península Ibérica.
Diferencias entre gazpacho y salmorejo
Como planteábamos anteriormente, el origen de estos platos es común y de hecho pueden resultar parecidos ya que además de ser platos de fácil elaboración, nutritivos y refrescantes, los principales ingredientes en ambos son el tomate, el aceite de oliva, el ajo y el pan, pero ahí acaban sus similitudes:
El gazpacho puede considerarse una sopa fría y de hecho en muchas ocasiones se sirve en vaso. Es más rico en agua y por tanto más refrescante, mientras que el salmorejo, cuya textura es más densa, se enmarcaría dentro de la categoría de las cremas. El gazpacho se elabora con un mayor número de ingredientes, aunque la receta puede variar suele contemplar, además de tomate, pan, ajo y aceite, pepino, pimientos, cebolla.
La elaboración del salmorejo es más sencilla, sólo necesitaremos tomate, pan, aceite y ajo.
Los ingredientes necesarios para preparar el gazpacho son ricos en vitaminas, lo que hace que sea un plato más nutritivo que el salmorejo.
Por su parte el salmorejo suele servirse acompañado de jamón y huevo picados, en cuyo caso aumenta sus propiedades nutricionales gracias a las proteínas que aportan. Tendremos en cuenta que para lograr la textura de crema del salmorejo utilizaremos una mayor cantidad de pan que en el gazpacho, esto unido a que también lleva más aceite hace el salmorejo sea un plato más calórico.